“Por favor” y “gracias” son a menudo algunas de las primeras frases que enseñamos a nuestros hijos. Sin embargo, a medida que crecemos, nos damos cuenta de que ser agradecidos va más allá de simplemente decir “gracias”. ¡Nunca es demasiado tarde para empezar a enseñarles gratitud a los niños, y esta es una excelente época del año para hacerlo!
Para algunos de nosotros, ser agradecidos puede no venir de forma natural. Por eso, es tan útil que los enseñemos a los más pequeños a practicar la gratitud. Para los niños, la clave está en aprender a expresar agradecimiento más allá de simplemente decirlo.
Nuestra canción “Thankful” es un gran ejemplo de las muchas cosas que los niños pueden agradecer durante su día.
5 Beneficios de Practicar Gratitud con Niños
Puede parecer un cliché, pero hay muchas razones por las cuales es valioso enseñar a los niños sobre la gratitud.
Los niños que practican la gratitud durante todo el año:
- Experimentan emociones positivas como la alegría, el optimismo y el amor
- Demuestran amabilidad con los demás
- Tienen más resiliencia ante los contratiempos
- Se sienten seguros de sí mismos
- Afrontan el estrés de forma más eficaz
10 Ideas para Enseñar Gratitud a Peques
1. Conectar con la naturaleza
Lleva a tu hijo a dar un paseo por la naturaleza, un parque cercano o una reserva natural. Mientras exploran, anímales a encontrar cosas en la naturaleza por las que estén agradecidos, como una flor colorida, una abeja “zumbona” o una hermosa puesta de sol.
Hablen sobre por qué estas maravillas naturales les hacen sentir agradecidos por el mundo que les rodea.
2. El arte de la gratitud… ¡con arte!
Configura un rincón de arte con revistas, tijeras, pegamento y una hoja grande de papel. Pídele a tu hijo que hojeé las revistas y recorte imágenes y palabras que representen cosas por las que están agradecidos.
Luego, ayúdales a crear un collage de gratitud que puedan mostrar con orgullo en su habitación, sirviendo como un recordatorio visual de todas las cosas buenas en su vida.
3. Actos secretos de amabilidad
Enseña a tu hijo la alegría de dar alentándolos a realizar actos secretos de amabilidad. Juntos, piensen en actos simples como dejar una nota amable debajo de la almohada de alguien o escribir palabras amables en rocas y dejarlas en lugares públicos.
Al realizar estas acciones consideradas de manera anónima, tu hijo aprenderá el valor de difundir gratitud sin esperar nada a cambio.
4. La búsqueda del tesoro… de la gratitud
En lugar de encontrar objetos, haz una lista de cosas que tu hijo pueda encontrar en su día por las que estén agradecidos. Podría ser un abrazo, un rico bocadillo o una manta cariñosa.
A medida que encuentren estos momentos de gratitud, pídeles que los marquen en la lista y te digan por qué cada uno es especial.
5. Cuentos “agradecidos”
Incorpora la gratitud en la rutina de dormir de tu hijo leyendo libros que enfaticen la gratitud. Elige historias que giren en torno a personajes que muestran aprecio por lo que tienen, sus amigos o el mundo que les rodea.
Después de la historia, hablen sobre las lecciones aprendidas y pídele a tu hijo que comparta algo por lo que estén agradecidos ese día.
6. Dar buen ejemplo
Cuando se trata de comportamiento, una de las cosas más importantes que pueden hacer los padres es ser buenos ejemplos a seguir. Los niños observan a sus adultos para ver lo que es aceptable y lo que no. La honestidad, la integridad, la empatía, la amabilidad y el agradecimiento se enseñan mejor a través del ejemplo.
Acostúmbralos a dar las gracias o a llamar a sus seres queridos para decirles que los aprecia. ¿Tu hijo ha terminado su tarea sin quejarse? Felicítalo y dile cuánto lo quieres. Normalizarán este comportamiento y aprenderán a imitarlo de forma natural.
7. Comparte lo que agradeces antes de dormir
Practicar la gratitud al final de cada día es una forma estupenda de conseguir que tu pequeño aprecie las pequeñas cosas de la vida. ¿Ha sido un día soleado? ¿Estaba extra deliciosa la comida de hoy? ¿Fueron muy divertidas las caricaturas de hoy?
Cuéntale a tu hijo todas las cosas que aprecias. A continuación, pregúntale por los momentos más maravillosos de su día y alégrense de la suerte que tienen ambos de haberlos vivido.
8. Anima a tu hijo a ayudar a los demás
Echar una mano a los demás es otra gran forma de que los niños desarrollen el sentido de la gratitud. Sean voluntarios juntos en un hospital infantil local, recojan alimentos enlatados para donarlos a un refugio, horneen galletas navideñas para los vecinos o paseen el perrito de algún vecino.
Haz que tus hijos se entusiasmen con el voluntariado eligiendo un trabajo que produzca resultados que puedan ver. Dar las gracias y recibir la gratitud de los demás son igualmente significativos.
Otra forma de animar a los niños a ayudar a los demás es ofrecerse como voluntarios para plantar árboles con una organización local. Cada vez que pasen por delante del árbol, pueden decir: “¡Tú plantaste ese árbol!”. Sentirán una emocionante sensación de logro, y también comprenderán el trabajo que cuesta plantar todos los árboles y flores de los espacios públicos.
9. Escriban tarjetas de agradecimiento juntos
¡A todo el mundo le gusta una tierna nota de agradecimiento! Pídele a tu hijo que piense en personas a las que pueda dar las gracias. A un profesor, a un amigo, ó incluso a los bomberos de su comunidad. Juntos pueden escribir una tarjeta de agradecimiento y entregársela a esa persona.
Esta es una hermosa forma de establecer hábitos positivos para los niños y de disfrutar la buena sensación de apreciar a los demás por su amabilidad.
10.️ Comiencen un diario o frasco de agradecimiento
Puede ser fácil olvidarse de las cosas que agradecemos en el caos que suele ser la vida. Por eso beneficia anotar las cosas para poder reflexionar sobre ellas mas tarde. Acostúmbrate a escribir 5 cosas por las que estás agradecido. Elige un día especial en el que tu familia tenga 10 minutos de tiempo libre, los domingos por la tarde, por ejemplo.
Haz que tu hijo participe dibujando por lo que está agradecido o puedes escribir las palabras por él en letras grandes y legibles. Otra forma divertida de hacer esto es teniendo un frasco a la vista y cada vez que tu hijo piense en algo por lo que está agradecido, puede escribirlo en un papel y ponerlo en el frasco. Al final de cada mes, tu familia puede revisar todas las cosas por las que han dado las gracias.
Puede que no parezca mucho, pero la repetición de animar a los niños a reflexionar sobre lo que agradecen es realmente poderosa.
Enseñar a los niños sobre la gratitud es un regalo que sigue dando. Al incorporar estas actividades creativas en tu vida diaria, ayudarás a tu hijo a desarrollar una apreciación más profunda por el mundo que les rodea e inculcarás habilidades de vida valiosas.
A medida que crecen, llevarán consigo la práctica de la gratitud, fomentando una perspectiva positiva y amable de la vida.
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