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Juegos de concentración para niños

Para muchos niños y niñas, la falta de concentración es una de las principales causas de un rendimiento académico bajo. Y es que, no son pocas las ocasiones en las que se encuentran frente a un libro de texto abierto, una sucesión de problemas o una lectura comprensiva y no son capaces de hacer nada al respecto.

Una inoperancia, que en la inmensa mayoría de las ocasiones no es su responsabilidad. Sin embargo, esta inoperancia puede llegar a producir una gran frustración no solamente los alumnos sino también en los profesores y, por supuesto, en las mamas y en los papás.

Por todo ello, es recomendable llevar a cabo un conjunto de sencillas actividades y ejercicios de concentración a través de los cuales se pueda potenciar este aspecto. Son unos juegos, que nada tienen que ver con el desarrollo escolar, pero que son capaces de desarrollar la concentración, sobre todo de los más pequeños de la casa.

 

Juegos de concentración infantiles

Seguir el movimiento de la aguja de un reloj

Enfocando esta actividad como si de un juego se tratase, de lo que se trata es de que la niña o el niño siga las agujas de reloj durante un tiempo concreto. Este tiempo, se irá aumentando de manera progresiva hasta alcanzar un tiempo que se pueda considerar satisfactorio.

La gran ventaja de esta actividad es que se puede realizar en cualquier lugar en el que se encuentre el pequeño.

 

Aislar un conjunto de sonidos

Aunque en un principio puede parecer una actividad extremadamente sencilla, no lo es en absoluto. Y es que, de lo que se trata en este ejercicio es de aislarse completamente de lo que está sucediendo alrededor de la niña o del niño para centrarse concretamente en un aspecto muy particular de su entorno que no es otro que un sonido determinado.

Ese sonido puede ser marcado por un pedagogo o sencillamente por la mamá o el papá. La intención es que el pequeño identifique el sonido propuesto de entre el resto de su entorno.

 

Sopas de letras

Este es un ejercicio de los más clásicos de los que nos podemos encontrar. De lo que se trata es de encontrar una serie de palabras, que pueden estar relacionadas con una temática concreta para facilitar la tarea a la pequeña o al pequeño, de entre un conjunto de letras que están completamente dispersas en el papel.

Ni que decir tiene que estas palabras se pueden encontrar tanto en vertical como en horizontal como en diagonal en cualquiera de los dos sentidos, es decir, de izquierda a derecha o de derecha a izquierda.

 

Buscar las diferencias

De nuevo se recurre a un juego muy clásico. Un pasatiempo en el que la niña o el niño tendrá dos viñetas aparentemente iguales pero con una serie de diferencias muy concretas punto para tratar que la concentración se desarrolle por completo, se deberán encontrar estás diferencias, hasta un máximo de 7, dentro de un periodo de tiempo determinado.

Con el paso del tiempo, y el aumento de la concentración, las viñetas pueden ser un poco más similares entre ellas para aumentar, de manera progresiva, la dificultad de este ejercicio.

 

Rompecabezas (Puzles)

Si bien es cierto que en un principio un rompecabezas puede parecer una actividad poco indicada para una niña o un niño, hay que decir, que a día de hoy existen muchos adaptados para diferentes edades.

De lo que se trata es de conformar una determinada figura, o un determinado dibujo, a partir de un número determinado de piezas. La idea, por supuesto, es que el rompecabezas se lleve a cabo sin la ayuda de un adulto. Al igual que en el resto de los ejercicios, de manera progresiva se puede aumentar el número de piezas, para aumentar la dificultad y para tratar de desarrollar un poco más la concentración.

 

Para terminar, hay que tener un aspecto muy presente que no es otro que el de la paciencia. En un principio, lo más normal es encontrarse con un hecho que puede resultar frustrante. Y es que la concentración del más pequeño puede que no mente de la manera que nosotros pensamos. Sin embargo, con insistencia, con perseverancia y sobre todo variando las actividades y los juegos, buscando aquellos que mejor se ajustan a su personalidad, se conseguirá el objetivo.

Hay que tener en cuenta que salvo en casos muy concretos, lo más normal es que no se tenga un problema severo con la concentración. Es más, en el 95% de los casos estaríamos hablando de problemas leves, en muchos casos pasajeros que nada tienen que ver con ninguna clase de patología. Solo en los casos en los que se pueda demostrar que no se responde a ningún estímulo habría que solicitar la atención de un profesional. Mientras tanto, se puede recurrir, sin lugar a dudas a todos estos juegos para ver cómo es la progresión.

 

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