Octubre ya está aquí, y con todo el alboroto que rodea a la «temporada espeluznante», no es de extrañar que tus hijos empiecen a ver monstruos en cada sombra. Aunque tu primer instinto puede ser protegerles de todo lo espeluznante, lo cierto es que enfrentarse a los miedos (con un poco de ayuda) puede dar a los niños una inyección de confianza en sí mismos más aterradora que cualquier disfraz de fantasma. Si te preguntas cómo ayudar a tus pequeños a superar sus miedos, sobre todo en Halloween, aquí te lo explicamos todo.

Desde monstruos invisibles debajo de la cama hasta ese vecino espeluznante que se pasa con la decoración, los miedos de los niños pueden aflorar con toda su fuerza en esta época del año. Pero no te preocupes: te ayudamos con cuatro formas espeluznantes de ayudar a tus pequeños fantasmas y duendes a superar esos sustos de Halloween (¡y más allá!).

 

Halloween puede despertar el miedo de los niños

Halloween puede ser la tormenta perfecta para que afloren los miedos de los niños. Decoraciones espeluznantes por todas partes, programas y películas de miedo en la televisión y noches cada vez más oscuras. Sí, puede ser demasiado para esas mentes aún pequeñas.

Todas estas nuevas imágenes y sonidos espeluznantes pueden hacer que a los niños les resulte difícil averiguar qué es real y qué forma parte de su imaginación (¿por qué querría alguien asustarse a propósito?).

Pero bueno, el miedo no es del todo malo, es totalmente natural. Nacemos con él porque nos ayuda a protegernos del peligro (¡gracias, evolución!). Dicho esto, los miedos infantiles pueden aparecer más rápido de lo que se tarda en decir «¡buu!», sobre todo con el flujo constante de imágenes espeluznantes de hoy en día, ya sea en Internet o en cada esquina. Los niños suelen tener miedo a la oscuridad, a las tormentas, a los animales o incluso a los ruidos fuertes. Y una vez que empiezan a ir al colegio, la lista puede aumentar a medida que pasan más tiempo lejos de ti y escuchan todo tipo de historias nuevas de sus amigos.

Entonces, ¿cómo podemos ayudar a nuestros hijos a afrontar estos miedos, ya sea en Halloween o en cualquier otro momento del año? Veamos algunos consejos no tan espeluznantes

 

4 consejos para espantar los miedos de los niños

1. Diversión infantil en Halloween

Si tu hijo aún no está preparado para sumergirse en las profundidades de la piscina del terror de Halloween, ¡no pasa nada! Limítate al lado más tierno del terror: tallar calabazas, comer caramelos y disfrazarse de sus personajes favoritos no tan terroríficos. Déjales que te guíen y no les obligues a llamar a la puerta del vecino que tiene la decoración más terrorífica del barrio.

Consejo: Quédate en casa y disfruta de una noche de cine si tu hijo prefiere no pedir caramelos. No hay ninguna regla que diga que Halloween tiene que ser un festival del terror.

 

2. Prepararse para el truco o trato

El truco o trato puede parecer una auténtica avalancha de monstruos, sobre todo cuando en todas las casas hay alguien disfrazado de hombre lobo saltando entre los arbustos. Prepara a tu hijo explicándole que, debajo de todo ese maquillaje y esas máscaras espeluznantes, sólo hay gente normal (¡y niños!) divirtiéndose.

¿Quieres que lo entienda mejor? Ponte tu propia máscara y deja que tu hijo vea que sigues siendo tú. Si se asustan durante el truco o trato, recuérdales que todo es una farsa, ¡una gran fiesta de disfraces!

 

3. Plan B

Seamos realistas: los niños pueden ser impredecibles, incluso en un buen día. Si a eso le añadimos una decoración espeluznante, de repente, nos encontramos con un pequeño ataque de nervios. Planifica tu aventura de Halloween con una ruta de escape rápida en mente, por si los fantasmas y los demonios son demasiado.

Tanto si se trata de pedir caramelos como de un evento de Halloween, tener un «Plan B» siempre es una ventaja.

 

4. Crear nuevas tradiciones familiares

¿Por qué no crear algunas tradiciones no tan terroríficas de las que todos puedan disfrutar? Contar historias «de miedo» (con final feliz, por supuesto) es una forma divertida de mostrar a los niños que incluso las cosas más terroríficas no son tan malas después de todo. Coge una linterna, construye un fuerte de almohadas y que empiecen las risas.

Alerta de spoiler: los murciélagos y los monstruos dan mucho menos miedo cuando son el remate de las historias divertidas de tu familia.

 

Consejos adicionales para los miedos cotidianos

Puede que la noche de los sustos sólo se produzca una vez al año, pero los miedos de los niños pueden aparecer en cualquier momento, como cuando la oscuridad se vuelve repentinamente demasiado oscura. Aquí tienes algunos trucos que te ayudarán a afrontar esos miedos cotidianos:

• Mantén la calma: en serio. Tu calma puede ser el hechizo mágico que calme a tu hijo cuando se asuste.
• Escucha: Hazle saber a tu hijo que no pasa nada por hablar de sus miedos, aunque a ti te parezcan una tontería. Reconocer sus sentimientos es la mitad de la batalla.
• Tómatelo con tranquilidad: en lugar de decirle «no tengas miedo», ve poco a poco. Tanto si se trata de acostumbrarse a la oscuridad como de aprender que las arañas no son seres malignos, dale tiempo a tu hijo para que se adapte.
• Pide refuerzos: Si los miedos de tu hijo se apoderan de su vida, no dudes en acudir a un pediatra o a un profesional de la salud mental. A veces basta con un poco de ayuda.

 

 

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